lunes, 22 de marzo de 2010

De memoria.

Nunca más.
Justicia.
Castigo.
Memoria.

Entender cosas que uno no vivió es tan difícil... tan complicado.
Que escuchás hablar a gente que hace 30 años grita lo mismo; pide lo mismo.
Duele.
No puedo, no debo, no quiero... opinar.

Más allá de todas las consecuencias que provocan las desiciónes que solemos tomar, estoy sintiendo que la mejor forma de recordar es seguir mirando para adelante. Y acá es donde comienzo a escribir... de memoria.



Me pasó que durante mucho tiempo estuve escapando de cosas que me daban dudas, que me hacian tambalear y me llevaban a pensar en posibilidades ajenas. Me pasó que hacía mucho tiempo no me sentía tan bien, tan... completo. Me pasa que desde hace unos días no puedo dormir porque me cuesta cerrar los ojos y dejar de ver como con tanta simpleza atrapás, me atrpás.

¿Qué escondés? Contame. Te hablé de un imán; de una conexión muy fuerte; de sinceridades que van más allá de la lectura del resto de las personas; de rarezas y certezas..; pero aún así sigo sin querer entender el porqué. Sigo sin querer entender porque tanto en tan poco tiempo. Y, te soy sincero, me gusta. Claro que si.

¿Te hablé alguna vez de la felicidad? ¿Existe ese sentimiento? ¿Dónde lo escondés?, contame. Porque quiero un poco más, ¿sabés? Y sé que la tenés bien guardada. ¿Te acordás que una vez te dije que las grandes cosas vienen de las cosas pequeñas? Bueno, quiero una pequeña muestra más de felicidad.

¿Te dije estos días que creo que te conozco mucho? Que no hay museo que guarde tan soprendentes momentos. Que no hay murciélagos que asusten viejos fósiles de ciudades naranjas. No hay ex pilotos que vayan tan rápido y tán libres. Y no hay campanas de iglesias que canten como vos lo hacés. Porque desviás mi atención.

Empecé escribiendo sobre la memoria. Siento que te conozco de memoria, y podría repetirte tantas veces todo esto que escribo. Tantas veces. Y no porque haya forzado mi cabeza a intentar leerte. Sino que me resultó tán fácil... y si preguntaran sobre vos en una convención donde esté toda la gente que te conoce, yo sería el primero que levante la mano.

¿Te conté alguna vez que encontré esa estrella que tanto busco en el cielo? Estoy pensando seriamente si la devuelvo o me la quedo.


Dulces tardes lluviosas.

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